Pucallpa.- Desde la región de Ucayali, las mujeres unidas en la Plataforma de Acción Colectiva Shinanya Ainbobo reafirman su compromiso en la lucha contra la violencia de género, alzando su voz para exigir acciones concretas y la garantía de derechos fundamentales por parte de las autoridades estatales.
Shinanya Ainbobo, que en su traducción al español significa "mujeres fortalecidas", es una plataforma conformada por mujeres que desde hace más de dos años trabajan arduamente por la igualdad de género en la región, con el respaldo del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, Farmamundi y la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo.
Con una agenda claramente definida, estas mujeres han identificado seis ejes de acción prioritarios, entre los que se destacan la prevención y atención de la violencia de género, la salud intercultural y los derechos sexuales y reproductivos, así como el acceso a la educación en sus comunidades.
En sus pronunciamientos, han instado a las autoridades locales y regionales a asumir su responsabilidad en la protección de los derechos de las mujeres, solicitando una acción coordinada y eficaz para prevenir y atender la violencia de género.
Además, han demandado una mayor sensibilización en esta materia por parte de la Policía Nacional del Perú, la Fiscalía y los jueces.
Una de las principales exigencias de Shinanya Ainbobo es la garantía de servicios públicos de Salud, Educación y Justicia con pertinencia cultural, que respeten y valoren la diversidad étnica y cultural de las comunidades indígenas de la región.
Asimismo, han destacado la importancia de que las denuncias por violencia de género sean tratadas con celeridad y justicia, como en el caso reciente de Néstor Meneses Huanio.
Frente a las alarmantes cifras de violencia registradas tanto a nivel nacional como regional, Shinanya Ainbobo exige acciones contundentes para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y sus familias.
Esta plataforma, surgida en respuesta a los desafíos agravados por la pandemia de COVID-19, se erige como un bastión de resistencia y empoderamiento para las mujeres amazónicas de Ucayali, en su lucha por la igualdad y el respeto a sus derechos fundamentales.