La inestabilidad política es un mal endémico en el Perú

Por Cesar Ortiz Anderson

En los últimos años la llamada clase política ha ido perdiendo nivel en el país, en una democracia tan frágil como la nuestra, es jugar con fuego sin duda, ahora estamos frente a enfrentamientos entre poderes del Estado. La corrupción al interior de los partidos políticos permitió que personas con antecedentes penales o relacionados a economías informales y/o marginales lleguen a autoridades en los tres niveles de gobierno: Local, Regional y Central. Es decir, no se trata sólo de autoridades que pese a exhibir un post grado académico, carecen del bagaje de información, cultura general e idoneidad para ocupar altos cargos en el Estado, sino que también se trata de autoridades sin la capacidad moral ni la suficiente legitimidad para decir “no” a la corrupción. Es un círculo vicioso porque mientras tanto el Estado tampoco tiene las herramientas necesarias para protegerse de la infiltración de estos elementos en los altos puestos públicos. Lo que es peor, esta labor de fiscalización del mismo Estado realizada por los Procuradores, nos está llevando al enfrentamiento interno en las principales instituciones del Estado, como el escándalo que estamos viendo en la Fiscalía de la Nación. 

Haciendo una proyección de nuestra democracia hacia el futuro, lamentablemente todo parece ser que nos faltarán los Recursos Humanos para salir de esta crisis en la que se encuentra el Perú. Hasta hoy no vemos nuevas generaciones de políticos serios e inteligentes, que trabajen por el Perú y no pierdan el tiempo en escándalos de corrupción. Todo lo contrario, la falta de sustancia y contenido en el debate político es cada vez más más soso y simplón. 

LA INESTABILIDAD POLÍTICA

La actual inestabilidad política que nos ha llevado a la crisis presente en la que no hay predictibilidad para pensar en la continuidad de un gobierno democrático por el periodo que manda nuestra Constitución, 5 años, tiene dos características principales: Una es la pérdida de legitimidad de los líderes políticos peruanos al ser detenidos, juzgados y presos por actos de corrupción. El Perú tiene el récord mundial de ex presidentes presos o procesados por corrupción. Otra es la inestabilidad misma que es resultado de los delitos cometidos por las autoridades en funciones: Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino y Pedro Castillo. Lo que también nos ha llevado a ostentar el récord mundial de cambio de presidentes en una democracia:  Menos de 1 presidente por año del 2017 al 2023.

En este contexto, quienes más pierden son los ciudadanos, con esta inestabilidad política que crea dudas e incertidumbre respecto al Estado, los inversores pensarán mucho en venir al país a invertir, los turistas buscarán otras opciones de turismo; el riesgo país se ha incrementado. ¿Acaso nuestros políticos no se dan cuenta que la corrupción también afecta el desarrollo económico? 

Cuántos emprendedores han tirado la toalla, por el grave problema de inseguridad que vivimos, son tiempos muy  difíciles para el mundo, estamos cerca de que empiece el fenómeno del Niño costero, con resultados insospechados, ya que no se realizó la prevención adecuada, ahora solo queda mitigar los daños.

SEGURIDAD CIUDADANA

La actual inestabilidad ahora no solo será una inestabilidad política sino que además será social y económica; y posiblemente entrando a una inflación. Hoy vivimos los ciudadanos en una lucha contra el miedo, por un accionar violento del hampa, cometiendo delitos de alto impacto, extorsión, secuestros, sicariato, asaltos con armas de fuego en la vía pública. El próximo año, el presupuesto de la Nación aprobado para la Seguridad Ciudadana seguirá siendo insuficiente, pese al aumento con respecto al 2023. Así, en la ciudad estamos presos, mientras los delincuentes se mueven con total libertad. De esa forma no se puede vivir tranquilo.

Lo más sorprendente es que en recientes declaraciones, la presidenta Dina Boluarte afirmó que en el 2023 hay 100 mil capturas de delincuentes extranjeros. Quedé anonadado debido a la extraordinaria capacidad carcelaria que el Perú debería de tener para encarcelar a tal número de reos.  El Perú cuenta con una capacidad carcelaria de 48 mil presos. Sin embargo, tenemos 92 mil reos, es decir, un hacinamiento del 40%. En esas condiciones, los reos no se rehabilitan para reintegrarse a la vida social después de haber cumplido su condena, sino que por el contrario se entrenan en la delincuencia y son admitidos por bandas criminales organizadas tipo el Tren de Aragua o el Comando Vermelho, entre las principales bandas internacionales que operan en nuestro país, por no mencionar el crimen organizado nacional.

IMPUNIDAD A TODO NIVEL: EL TIEMPO QUE PASA ES LA VERDAD QUE HUYE

En cuanto a los factores que han contribuido al incremento de la corrupción en nuestro país, en Aprosec siempre hemos sostenido que el principal factor lo constituye la impunidad, la cual es parte de nuestro sistema de justicia en todos los niveles: Desde los delincuentes que roban al paso celulares, billeteras y carteras hasta los criminales de cuello y corbata, autoridades del gobierno, funcionarios públicos, etc. Por ejemplo, en el caso Lava Jato las investigaciones van demasiado lento; años después de haberse destapado el caso recién acaban de levantar el secreto bancario a Ollanta Humala y Nadine Heredia. Hasta hoy no hay ninguna sentencia a ningún ex presidente, ministro, empresario o funcionario público implicado en el caso Lava Jato. Recordemos que el tiempo que pasa es la verdad que huye.

La presidenta Dina Boluarte cumplirá en pocos días un año gobernando el país, enfrentando una segunda crisis política, nuevamente las marchas desestabilizarán al país. Pero también se viene el Fenómeno del Niño, y pese a ser un evento climatológico anticipado, no se han hecho las obras de prevención necesarias. Todos los Gobiernos; locales, regionales y el Gobierno Central no han hecho nada por evitar las inundaciones que se avecinan y sus graves consecuencias.

Finalmente, la ruta que ha tomado el Perú con el gobierno de Dina Boluarte, por todo lo que viene sucediendo, no tiene buen puerto. Por otro lado, Fujimori debe salir libre, a sus 85 años ya pagó por sus errores. Se trata de un acto humanitario. El Perú olvida que fue Fujimori quien sentó las bases del crecimiento, venció al terrorismo comunista, también hizo cosas buenas. No soy fujimorista, pero tampoco se puede callar las injusticias, y esta es una injusticia.  ¿O quieren verlo morir en prisión? El Perú debe sustraerse de la Corte Penal Internacional y evaluar las políticas sobre DD.HH. que no han beneficiado al país más que a delincuentes y terroristas.

César ORTIZ ANDERSON

Presidente de APROSEC

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