Mucho cuidado con nuestras prisiones

Por Cesar Ortiz Anderson 

Hoy leía un artículo del consultor internacional de seguridad, el español Manuel Sánchez Gómez-Merlo, un artículo sobre la preocupante situación de los sistemas carcelarios en Latinoamérica, es cierto lo que señala que el sistema penitenciario en toda Latinoamérica está en crisis, muy pocas prisiones podrían escapar de este análisis, por ejemplo en cárceles de Guayaquil Ecuador, el año pasado 2022 se dieron casi 400 muertos, sin duda " Las cárceles son un Reflejo de lo que pasa en el País", esta semana en la prisión de Guayas en Guayaquil Ecuador, fueron hallados 6 internos ahorcados por causas de pugnas entre el narcotráfico. La Pandemia afecto aún más a todas prisiones, muchos internos murieron y se suspendieron las visitas en la gran mayoría de estas cárceles por largos meses. 

En Latinoamérica existen sistemas penitenciaros sin mayores reformas, hablamos de muchas décadas, algunas con algunas mejoras irrelevantes para un fenómeno que está a punto de estallar, el hacinamiento es cada vez mayor, en donde el recinto es una mini selva de cemento, desde muchas de esas prisiones la corrupción, donde hay una peligrosa convivencia entre autoridad e internos, permite que los cabecillas que allí se encuentran, dirijan delitos como extorsiones o sicariato. 

Y cuidado no es que no se advierta periódicamente la O.N.U, denuncia la sobrepoblación en las cárceles Latinoamericanas, señala además que el cris carcelarias son estructurales, son una muestra de corrupción e ineficiencia del mismo sistema carcelario incluso el de la Justicia. 

En la actualidad la mayoría de prisiones esta entre un 40 y 300 % de su capacidad carcelaria, de hecho un ejemplo es la prisión de  Lurigancho en Lima/Perú, es una de las cárceles más pobladas de Latinoamérica, si bien es cierto que cada país tienen sus particularidades, hay factores que se dan en casi todas, Pésimas condiciones de vida, falta de salubridad, atención medica inadecuada física y mental, insuficiente alimentación, la ausencia de claras políticas de rehabilitación de los internos y de reinserción, en esa prisiones hay escasos e inadecuados recursos humanos, las condiciones de esas prisiones solo propician el que se sigan produciendo organizaciones delictivas, son como escuelas del delito, en ellas hay permanente conflicto entre bandas y agrupaciones rivales, habiendo además mafias y jerarquía entre los internos. 

Todo lo relatado arroja la primera cifra más de 2,000 muertos en los últimos 2 años, dentro de esas prisiones existe toda una actividad criminal que la propia corrupción permite, drogas, extorsiones, toda clase de mercado ilegal, intimidación, secuestros sexuales, asesinatos. Se está dando en los últimos años un permanente ingreso de delincuencia involucrada en el narcotráfico. El crimen organizado dentro de las prisiones controla y se encuentra permanentemente conectado con el exterior, donde continúan ejerciendo sus ilícitas actividades delictivas. 

Finalmente, la realidad es que, en la gran mayoría de prisiones Latinoamericanas, los detenidos no van a una cárcel sino al infierno. 

Cesar Ortiz Anderson 

Presidente de Aprosec 

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