Arando en el agua

Por David Silva Escalante

Hay dos discursos en el gobierno, uno de conciliación y acercamiento con los otros poderes del estado cuando dicen "trabajemos juntos por el bienestar del país", pero no presentan proyectos de leyes viables, son tan burdos, que ni sus congresistas ya sean propios o comprados se animan a proponerlos para agendarlos y discutirlas en las comisiones.

Ejemplo la segunda reforma agraria que hasta hoy nadie dice en que consiste y así muchos proyectos de ley presentados por el poder ejecutivo.

El otro discurso, es de confrontación, lo hace el profesor y el primer ministro.

Cuando cambian y acomodan a su placer a los altos mandos policiales, felizmente el congreso ya promulgó la ley por insistencia para que no se pueda cambiar al alto mando policial durante 2 años. Así evitan el abuso y la humillación policial que no le pertenece al gobierno, si no al estado, es decir a todos los peruanos.

También este gobierno se lanza con declaraciones falsas en plazas y lugares a donde asisten solo invitados y cercanos, contra la fiscal de la nación acusándola falsamente de proteger a las mafias de narcotraficantes. Cuando la realidad es que este gobierno no ha logrado ninguna captura importante de algún cargamento de droga. Pues sabemos que en el Perú se producen más de 370 toneladas de cocaína al año.

Se acusa a la fiscal, porque está haciendo un trabajo impecable acopiando información sobre la mafia depredadora del estado, enquistada en este gobierno liderado por el profesor y su entorno más cercano.

También se enfrenta a la fiscal cuando se la acusa de comprar colaboradores eficaces, lo cual es una acusación sin pruebas, y el profesor y primer ministro deberán responder por ello.

Se enfrenta al poder judicial.

Este gobierno se enfrenta a la población cuando no hace nada para evitar el alza de los productos de la canasta familiar.

No lo hace por que ponen ministros que no conocen su sector y el profesor es un inútil en gestión del estado.

Por otro lado, tenemos al congreso que actúa como un congompe, lento y baboso. No reforma la constitución donde debe, se demora para censurar ministros con prontuario, para cesar al congresista violador en su función congresal.  Deben echar a este tipejo del congreso.
Tampoco suspenden a la vicepresidenta, que se calla en todos los tonos y todo indica que el congreso no lo hace porque quieren conservar sus curules no importando el futuro del país.

El profesor y su esposa no le toman importancia a la prisión de la hermana de la primera dama, con tal de lograr de mantenerse en el poder y seguir lucrando con sus contubernios. Es decir, no tienen moral y hacen sus recorridos por el país como si no tuvieran problemas.

Eso es insultar al pueblo, por lo pronto, la heroica Tacna ya demostró que no es bienvenido a esa ciudad, no creo que el profesor regrese.  

Por todo esto debemos decir que tanto el gobierno, congreso y población estamos arando en el agua, no hay horizonte señores.

Ese horizonte es el mismo horizonte pasmoso que tuvo el pueblo venezolano y ya sabemos que paso.

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