Por David Silv Escalante
El presidente Castillo, es hoy como un pollo sin cabeza, no sabe que rumbo tomar.
Su problema es que no cuenta con pueblo, pueblo, pueblo, etc. como se jactaba, mientras tenía una buena bancada en el congreso.
Pero hoy hasta Perú libre parece que lo extorsiona por una cuota de poder.
App, ya va tomando distancia poco a poco y a regañadientes
¿Será porque el señor acuña quiere la presidencia del Congreso?
Los niños tratan de demostrar con sus votos que no lo son. pero ya están tan embarrados que nadie les cree.
El único apoyo congresal que tiene es del bloque magisterial, pero ellos tampoco querrán inmolarse por una causa perdida.
El profesor, no ha cumplido con ninguna promesa de campaña, porque no es una persona preparada para dirigir una nación, es un neófito en cuestiones de estado.
Vive rodeado de sobones, Aníbal Torres, el ministro de defensa y el ministro de cultura.
Quienes no cumplen ninguna labor que corresponde a su sector como ministros, solo se dedican a defender lo indefendible.
El profesor aun leyendo lo que otros le escriben en cada discurso que da mete la pata.
Nos deja en vergüenza ante el mundo.
Cuando improvisa es un remedo de cantinflas, da discursos de pocos minutos, sin sentido, sin un orden lógico y desvaría no llegando a una conclusión que aclare lo que quiso decir.
Eso hace que el pueblo se vaya convirtiendo en un pueblo decaído, acomplejado y resignado, un pueblo que sabe que se equivocó, pero no hace nada para corregir su error.
La nueva fiscal de la nación al juramentar el cargo, sin la presencia del profesor, ha manifestado que seguirá con las investigaciones al mandatario y a su entorno.
Veremos a quien pone el profesor, como, ministro del interior. Ojalá este ordene y logre detener a los huidos. Cómplices del profesor en todos los latrocinios que ya conocemos.
Así las cosas, se viene la elección de la nueva directiva del congreso, ojalá la presida la doctora Gladys Echáis, quien garantizaría una conducción transparente del congreso.
En esa elección se juega parte de nuestro destino como país libre.
Al profesor le queda el camino de cambiar al consejo de ministros y nombrar a gente con capacidades comprobadas para gerenciar cada ministerio y llegar a su discurso del 28 de julio, si es que llega, con la cara lavada.
Aunque doy por hecho que no tiene nada que mostrar como obra concluida en un año de gobierno, por lo tanto, solo será un discurso que nadie creerá.
Lo mejor que puede hacer el profesor es renunciar y evitar que el país se siga desbarrancando el pueblo levantará los ojos al cielo y alzando los brazos agradecerá, esta decisión.
Sería lo mejor de su frustrada gestión señor profesor.
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