Opiniones

Combatir la inseguridad como en el viejo oeste

Por Cesar Ortiz Anderson

El Primer ministro Aníbal Torres señala que hay que armar a los Serenos, cuando el mensaje correcto es empoderar a la Policía, modernizarla, porque ellos son los profesionales para manejar el Orden Interno, para capturar a los delincuentes, para investigar y si fuera el caso para enfrentar con armas de fuego a la criminalidad, Yo no soy policía pero tengo 40 años de experiencia y 22 de éstos como Fundador de APROSEC, liderando en el año 2003 la campaña más exitosa contra el secuestro del escolar Luis Guillermo Ausejo; señor Premier, respete la experiencia y respete a su policía, ellos no pueden salir a los medios de comunicación, pero yo sí y no los santifico porque sé que tienen muchos problemas entre ellos, algunos de corrupción, pero son los menos, además el actual gobierno se encuentra totalmente inmerso en ese flagelo, no hay peor expresión de corrupción que llenar de  prontuariados, ignorantes e incapaces a la administración pública en los diferentes sectores de la vida nacional, con el evidente propósito de enriquecerse ilícitamente, para cumplir con el slogan presidencial de no más pobres en un país rico

De otro lado, como sucede en otros países desarrollados, frente al riesgo que significa el uso de las armas de fuego -más aún por civiles que laboran en el Serenazgo y cuyos perfiles siempre serán diferenciados y distintos con respecto al de un custodio policial- se opta por las denominadas armas disuasivas (Descarga eléctrica, repelentes químicos y otros) mal llamadas no letales, porque hasta un objeto cualquiera, como un palo puede llegar a ser letal, pero cuya utilización debe estar totalmente regulada y autorizada en cuanto a su uso por quiénes selectivamente han recibido capacitación, entrenamiento y evaluación incluso de carácter sicológico y no a todo servidor como sereno; sino el remedio sería peor que la enfermedad, exponer innecesariamente a la comunidad a riesgos mayores

Frente al caos social que viene generando la inseguridad, no podemos “echarle leña al fuego”, y convertir las calles de nuestras localidades en escenarios propios de una película del lejano oeste; es decir, de materializarse la desatinada y precipitada propuesta populista, se producirán una “Cowboyadas” con costos de víctimas inocentes por estar en el lugar y momento inadecuados, que lamentablemente se seguirán produciendo, agravando el problema

Claro está que los serenos no pueden seguir laborando en apoyo a la seguridad de la forma que lo vienen haciendo, cuando la vulnerabilidad no proviene solo de defenderse de los ataques durante sus intervenciones; sino lo que es más grave,  del hecho que al no existir una norma que legisle sobre sus funciones, atribuciones, facultades, estos servidores municipales se encuentran en situación de indefensión ante la justicia; si  un policía por hacer uso de su arma de reglamento de acuerdo a ley, termina preso, se imaginan lo que sucedería con un humilde sereno, que con lo que percibe como pago, no le alcanza ni para sufragar sus necesidades básicas, tendrá acaso dinero para defenderse en los procesos en los que resulte implicado.  Se impone tratar este tema no con la temeridad, ignorancia en materia de seguridad, imprudencia y superficialidad que el Primer Ministro demuestra,  sino con la seriedad y responsabilidad política  que merecemos los peruanos en un problema social tan sensible que implica la grave situación del  permanente riesgo en que se encuentra  la vida y el patrimonio de todos los peruanos como consecuencia del desborde de la delincuencia y el crimen organizado, empoderados con este gobierno; primero que se preocupe por la dación de una Ley que norme sobre los derechos y obligaciones de los miembros del Serenazgo, que de una vez por todas, defina y delimite su labor de apoyo a la Policía Nacional que es el titular del rol para enfrentar la delincuencia, sin el temor de utilizar las armas de fuego y terminar en la cárcel por arriesgar su vida en defensa de la sociedad y no compliquen la función de ésta, inmiscuyéndose en los ascensos, cambios de colocación y demás procesos administrativos, que sólo favorecen la corrupción y la destrucción de la institucionalidad policial, que sólo favorece a la corrupción, el narcotráfico, el terrorismo y otras formas de criminalidad organizada.

Es importante señalar que los hechos delictivos que provocan los delincuentes, tienen un factor que les favorece; y es el factor sorpresa; a lo cual, debe agregarse la agresividad, alevosía y ventaja con que actúan estos infractores de la ley, incluso bajo influjo del consumo de drogas para después alegar durante los procesos fiscales y judiciales el “estado de inconsciencia” en procura de impunidad; a diferencia de la actitud de las Fuerzas del Orden y su apoyo los miembros del Serenazgo, que tienen como protocolo, frente a esa agresividad delictiva, siempre la disuasión y minimización de costos, lo que en sí es ya una desventaja durante dichas temerarias intervenciones; a diferencia del delincuente que no le importa nada y dispara a matar.

Es necesario tener presente otro escenario, el de municipios distritales o provinciales, en manos del narcotráfico y/o el narco-terrorismo, será acaso este el anuncio de sentar las bases “legales” para abrir la puerta a las milicias armadas o un ejército paralelo al más puro estilo, marxista leninista, entiéndase comunista de Cuba o Venezuela, bajo la cubierta de armar a los serenos.

Por eso el esquema estratégico-táctico y operativo, basado en la información de inteligencia que se obtendría de la misma población afectada, cuyo “know how” por parte de la sociedad organizada es la fórmula ganadora para anticiparse a estos hechos; de tal forma que sean la PNP y sus aliados,  en base a la adecuada administración de la información, quiénes tendrán a su favor el factor sorpresa; ello forma parte de los planteamientos que ofrecen  a la comunidad y autoridades APROSEC en su alianza estratégica con APIPSEC, Criminólogos Asociados de Perú y demás entidades que quieran sumarse para enfrentar con éxito la inseguridad ciudadana.

Hay que recordar que desde el principio de este gobierno la problemática de inseguridad ciudadana no fue tomada con la responsabilidad que merecía, iniciando su gobierno Pedro Castillo nos propuso expandir el sistema de rondas campesinas en las principales ciudades del país,  propuesta que no tenía ninguna viabilidad luego dio 72 horas a los delincuentes extranjeros ara que dejen el país, recordemos el bochornoso hecho cuando 41 venezolanos que habían cometido una serie de delitos los quisieron expulsar del país y por malas coordinaciones no solo no lo pudieron realizar, además el ministro de ese entonces Avelino Guillen los tuvo que dejar libres, luego nos propuso que los jóvenes que no estudiaran ni trabajaran que cumplieran el servicio militar, está claro que ninguna de estas propuestas trasnochadas se llevó a cabo, lo que si quedo demostrado es que el gobierno no contaba ni cuenta con un diseño, planes o estrategias, clara integral y articulada, ni por asomo una propuesta de Política de Estado anti delito, solo hace unos días atrás Pedro Castillo en el Distrito de Ate blandiendo un chicote y con su chaleco antibalas, señalaba que sacarían a las Fuerzas Armadas para combatir de una vez por todas al delincuente chico y al delincuente grande, parece que no le habían avisado, que el país ya llevaba varios días en estado de emergencia.

Finalmente, contar con respuestas equivocadas es tan peligroso como no tener respuesta alguna, en esa coyuntura no me sorprendería que quieran armar a los vigilantes informales. 

Cesar Ortiz Anderson

Presidente de Aprosec

www.aprosec.org

Cel.: 999316197 / 998160756

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